Poema: El vuelo del bumerán

El vuelo es un círculo sin fin,
una danza de ida y vuelta
donde las grietas se confunden con ecos.
Lo que parte con fuerza, regresa en silencio,
cargando en sus bordes el peso del quebranto.

Nos envolvemos en capas que no protegen,
collares de humo y ecos sin forma,
tratando de cubrir lo que tememos mirar.
Pero el fuego que encendemos al intentar ocultarnos
no solo calcina lo que toca,
sino que deja al descubierto nuestras propias grietas.
Y mientras las llamas se apagan,
el viento recoge las cenizas,
testigos mudos que nunca desaparecen.

Las palabras vuelan como cenizas,
siempre creyendo que el viento las llevará lejos,
pero olvidamos que el aire nunca olvida.
Cada susurro, cada piedra lanzada,
halla su ruta de regreso,
porque no hay distancia suficiente
que escape de lo que somos.

¿Y si el cambio no estuviera en el vuelo,
ni en el eco de nuestras palabras,
sino en el silencio que precede al grito?
En la pausa que abre espacio para mirar adentro,
donde las grietas no son un fracaso,
sino puertas hacia lo que puede ser restaurado.

Despojémonos del humo, de los tintineos que confunden,
y volvamos al nido.
Ahí donde todo inicia.
Ahí donde el secreto de Dios envuelve,
y donde nos forja para cada día parecernos más a su imagen.

– Jomayra Soto

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