El poder de la quietud

En un mundo acelerado y caótico, donde nuestras vidas a menudo parecen ir sin control, la quietud se presenta como un refugio olvidado. A veces, incluso la vemos como un lujo que no nos podemos permitir en medio de nuestras ocupadas rutinas. Tal vez para algunos, la quietud pueda malinterpretarse como pereza, en lugar de ser valorada como lo que realmente es: un espacio vital de conexión con Dios.

Reflexionando sobre la importancia de la quietud, el Salmo 23 nos ofrece una visión profunda del cuidado del Buen Pastor por sus ovejas. Este poema revela cómo el pastor las hace reposar en pastos verdes y las guía junto a aguas tranquilas, proporcionándoles protección y paz. Las ovejas, a diferencia de otros animales, no se recuestan fácilmente debido a su carencia de mecanismos de defensa, excepto la habilidad para correr. Cuando descansan, manifiestan sentirse protegidas, confiando plenamente en el Buen Pastor. De la misma manera, nosotros encontramos en la quietud un lugar de descanso y seguridad bajo el cuidado de Dios.

Quédate quieto para ver a Dios

En Éxodo 14, después de que Dios liberó a los hijos de Israel, ellos enfrentaron una situación que reflejaba la vida de cada creyente: la lucha contra el enemigo que anhela devolvernos a la esclavitud. Los israelitas acamparon según las indicaciones y, cuando el faraón se acercó, entraron en pánico. Moisés les dijo: “No tengan miedo. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes” (Éxodo 14:13-14).

En medio de esta crisis, Dios se movió desde el frente hacia atrás para protegerlos, demostrando que no solo nos guía hacia el futuro, sino que también cubre nuestro pasado. Esto nos recuerda que a menudo no necesitamos más fe, sino más paciencia para ver a Dios obrar. La quietud nos permite detenernos y ver cómo Dios actúa a nuestro favor, tanto en el pasado como en el presente.

A menudo no necesitamos más fe, sino más paciencia para ver a Dios obrar.

Quédate quieto para conocer a Dios

El Salmo 46:10-11 dice: “Estén quietos y sepan que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones, seré exaltado en la tierra”. La quietud nos lleva a sumergirnos en Su palabra, a dedicar tiempo a la oración y la adoración, y a entrar en Su presencia. En la tranquilidad de estos momentos, podemos conocer más profundamente a Dios y entender Su carácter y propósito para nuestras vidas.

La palabra “Selah” aparece en los Salmos y es una invitación a hacer una pausa y reflexionar. No subestimes la importancia de este llamado a la pausa, ya que al meditar se abre la puerta a una comprensión más profunda de la naturaleza de Dios. Nuestra confianza en quién es Dios se fortalece a medida que experimentamos su cuidado en nuestras vidas.

Quédate quieto y experimenta su paz

La quietud no solo nos permite conocer más a Dios, sino que también nos prepara para recibir y experimentar Su paz en medio de las tormentas de la vida. En Marcos 4:35-41, Jesús calma una tormenta, demostrando que incluso en medio del caos, podemos encontrar paz en Él. Jesús dijo a sus discípulos: “Pasemos al otro lado”. A menudo, creemos que las dificultades nos alejan de la voluntad de Dios, pero enfrentar oposición del enemigo podría indicar que estamos en el camino correcto. La verdadera paz proviene de hacer las paces con el Príncipe de Paz.

A veces, enfrentamos problemas que nos alejan de lo que Dios quiere para nosotros. Pero si sabemos que somos de Él y tenemos la disciplina de acercarnos a Él en medio de las dificultades, siempre sabremos cuál es el camino para encontrarlo. La paz debe ser la posición básica de cada creyente porque proviene de hacer las paces con Dios.

No importa dónde estés hoy, incluso si te has alejado, siempre hay un camino de regreso a casa debido a lo que Jesús hizo en la cruz. Él dice: “Acércate a mí y yo me acercaré a ti”. La paz no es la ausencia de problemas, es la presencia de Dios en tu vida. Aunque el mundo siga girando y los problemas persistan, tú y yo tenemos la certeza de que hay un espacio de quietud al que podemos acudir.

Jesús dijo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Hoy, atrévete a descansar en Dios, a depositar tus cargas en Él. Que el afán del mundo no te robe la oportunidad de ser sanado en su presencia. Echa sobre Jehová tu carga y él te sustentará (Salmos 55:22). Ven a los brazos del Padre y encuentra al Príncipe de Paz que hoy quiere brindarte consuelo y esperanza.

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1 Comment

  1. Damaris
    July 23, 2024

    Solo el que ha experimentado ansiedad; podrá dar Fe de lo que es esperar en la quietud de Dios! Es un abandono total en sus manos y su voluntad.

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